El rechazo que se genera del agua de regadío, con un nivel de nitratos insostenible, se vierte al Mar Menor mediante las diferentes ramblas que desembocan en este. Esto provoca que, tanto el acuífero Cuaternario, como el propio Mar Menor se contaminen, generando esta eutrofización que revierte de manera negativa en la biota, en los espacios naturales propios de la laguna, en la alteración de la calidad cualitativa y cuantitativa de sus aguas, así como de los elementos (naturales y antrópicos) vinculados al Mar Menor.
El objeto del Estudio de Impacto Ambiental es dotar a cada proyecto básico de filtro verde en la franja perimetral del Mar Menor, de una evaluación de los efectos ambientales de las actuaciones propuestas, con objeto de garantizar la preservación y protección de los valores ambientales del medio en el ámbito de actuación.
Se detalla la descripción de las actuaciones propuestas y sus alternativas, se analizan los factores de medio, se describen y evalúan los posibles impactos y se exponen las medidas preventivas, minimizadoras y correctoras; así como el Programa de Vigilancia Ambiental (PVA) de aplicación.
Uno de los efectos que se observan es el afloramiento masivo de fitoplancton que limita la entrada de luz y oxígeno lo que provoca mortandad y degradación del ecosistema marino. Es destacable el episodio producido en la primavera de 2016 en el que las concentraciones de clorofila en el Mar Menor se multiplicaron por más de 100 los valores medios de las últimas dos décadas y fue denominado como “sopa verde”. Esto supuso la pérdida del 85 % de las praderas de plantas acuáticas (los denominados macrófitos bentónicos) que tapizaban de forma casi continua los 135 km² del fondo de la laguna.
A raíz de este suceso, se aprobó el Decreto-Ley nº 1/2017, de 4 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad ambiental en el entorno del Mar Menor. El deterioro de la calidad de las aguas del Mar Menor por su progresiva eutrofización se constituye como un problema de complejidad técnica, ambiental y social, que exige actuar de forma combinada sobre los diferentes sectores de actividad cuya influencia pueda hacerse sentir sobre su estado ecológico.
Posteriormente, en el año 2019 la laguna entró en anoxia provocando una mortandad masiva de fauna marina; y más recientemente, en agosto de 2021, se volvieron a producir situaciones de hipoxia en varias localizaciones del Mar Menor causando de nuevo mortalidades masivas de peces y otros organismos marinos.
Además, tras distintos episodios de intensas precipitaciones, se ha detectado la necesidad de realizar con máxima urgencia diversas actuaciones de mejora del saneamiento y tratamiento de las aguas residuales en época de lluvias con el fin de minimizar la carga contaminante que llega al Mar Menor.
